Bienestar auténtico

Bienestar auténtico

En la era de la comunicación digital, de redes sociales y de oferta infinita de información en materia de salud y bienestar, se torna muy complejo crear criterios personales para encontrar (o al menos buscar) la ´alimentación saludable y consciente´.

 

Hay un bombardeo constante de información, de posturas alimentarias (muchas veces completamente opuestas), de reglas y mandatos sobre -lo que debemos hacer- para no enfermar, y para vivir en supuesta plenitud y salud, que nos confunden y dificultan la claridad para tomar decisiones…

Que la dieta cetogénica, que la alimentación antiinflamatoria, que la nutrición alcalina, que el trigo si o no, que los lácteos si o no, que los ayunos, que desayunar fruta es terrible, que muchos etc…

El concepto ´Alimentación Consciente´ puede significar algo diferente para cada persona, y es allí donde nos invito a reflexionar e investigar, para dejar de replicar dietas de moda, consejos generales de influencers (incluso profesionales de la salud), dogmas y reglas ajenas, y transicionar hacia un camino diferente, genuino y personal, que tenga en cuenta la propia verdad: historia, etapa del ciclo vital, necesidades, preferencias, síntomas o sensaciones, territorio habitado, contexto social-económico-ambiental, entre otras.

La información teórica-técnica es muy importante para crear un criterio propio que tenga sustento, y para comprender las bases de la vida, la materia, el alimento.

Aprender sobre la fisiología o funcionamiento del cuerpo físico, los circuitos energéticos, los aportes nutricionales de cada alimento, el componente emocional detrás del síntoma, (etc.), se convierte en los ladrillos que dan estructura al pensamiento y a las creencias propias. 

Para que esta información no se vuelva vacía y carente de coherencia interna, es fundamental contrastarla con la vivencia, o como yo le llamo –pasarla por el cuerpo-. 

Probar, experimentar, explorar día a día qué es lo que realmente funciona para mí, qué es lo que me hace sentir bien.

¿Cuántas comidas debo realizar al día?

¿Cada cuánto debería comer?

¿Cuál es la porción? ¿Cuántas veces a la semana?

¿Está bien comer pan? ¿Y qué onda los cereales?

¿Puedo cenar? ¿Debería ayunar más horas?

¿Está mal si no desayuno?

¿Debería dejar las harinas? ¿Tengo que evitar el café?

¿Puedo desayunar jugo verde?

¿Qué hago los fines de semana?

 

Te devuelvo todas esas preguntas a vos; ¿cuál sería tu respuesta?

Y si aún no podés responderlas, te invito a explorarte para acercarte a tu propia verdad, esa que se siente con certeza y claridad en el corazón, esa que se percibe con ligereza y seguridad en el cuerpo.

 

 

“Al integrar la información a la intuición, se crea el conocimiento propio que abre el camino para la búsqueda de el bienestar auténtico”

 

Con amor,

Oriana –